Víctor Gayà

El tall de les tisores

El tall de les tisores

INFORMACIÓN

Del Gall Editor:

El tall de les tisores es el retrato que el narrador va trazando de su madre, un retrato vivo y en vivo. En la paleta de pintor se mezclan los colores y las sombras que desprende la modelo sentada en su sillón, y se mezclan los aceites aromáticos o rancios de la memoria. Un retrato que ya en la primera pincelada plantea la pregunta cortante: «Madre, ¿por qué no te mueres de una vez por todas?"

Nos encontramos ante la semejanza de una mujer marcada por un pasado familiar turbio que ella admira y rechaza al mismo tiempo, de una mujer atrapada en el presente de una época dominada por la represión y por una moral estricta que ahoga su rebeldía y singularidad.

Una intensa etopeya narrada sin concesiones a las apariencias.

En la Revista Bearn:

Víctor Gayà (Palma, 1952) retrata la madre del narrador con capítulos cortos, llenos de confesiones y pequeñas sorpresas. El recorrido biográfico nos descubre a una mujer rebelde y singular. "Nunca has consentido que el pie de un hombre te llegue más arriba de la suela de tus zapatos", dice el narrador a su madre, una mujer fuerte y marcada por un pasado familiar convulso. El texto trata cuestiones como la bastardía, la tragedia que no se debe confundir con el drama, la muerte, la pérdida física y de la juventud, la educación republicana, la incertidumbre de vivir, Palma y Mallorca, el ambiente de tradición marinera y portuaria, la emancipación de la mujer y la fuerza que se ha menester para llevarla a cabo. La literatura, la poesía y la necesidad de escribir son temas primordiales. Y la dignidad, la eutanasia, el miedo y la liberación que produce verbalizar los pensamientos que nos atormentan y los secretos, que no lo son tanto, entre una madre y un hijo, antes y después del ocaso. Y el recuerdo punzante y indeleble.

El narrador, que parece tener la edad del autor, habla con su madre, sentada en su sillón. Él la visita cada dos días, percibe su fin, la decrepitud que avanza. Esta falta de horizonte da paso a un diálogo sincero: "Desde la perspectiva masculina, al padre se le ha de matar, pero a la madre se la debe dejar morir (a su antojo). Y así estamos, uno al lado del otro, esperando ".

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